Maraton Oscars I

Babel

Un muy buen nombre para esta historia… Babel tiene dos acepciones: Bab-bel “Puerta de Dios” y babál “Confusión”, esta última es la que mejor describe este drama.

Cuatro historias de diferentes culturas se entrelazan a causa de un rifle, pero todas tienen un mismo hilo conductor: las relaciones humanas y en particular la lucha cotidiana de los padres para proteger a sus hijos y los conflictos que surgen de esa relación.

Richard (Brad Pitt) y Susan (Cate Blanchett) son un matrimonio americano que decide ir a Marruecos para reencontrarse como pareja, pero en una ruta ella es alcanzada por un disparo y de allí se desecadenan todas las historias:

Yussef (Bobker Ait el Caid) es un padre marroquí que sacrifica sus ahorros para comprar un rifle a sus hijos para auyentar a los chacales de sus cabras que son el medio de vida de la familia. Los hijos de Yussef, dos pre adolescentes, estan creciendo y compiten por su reconocimiento.

Amelia (Adriana Barraza), una niñera mexicana, que cuida los hijos de Richard y Susan, se encuentra ante una encrucijada y decide llevar a los niños americanos a la boda de su hijo en Mexico.

Chieko (Rinko Kikuchi), una adolescente japonesa sordomuda que atraviesa una crisis típica de su edad y que tiene una relación muy distante con su padre, un traficante investigado internacionalmente por tráfico de armas.

Súbitamente la vida de estas personas y le futuro de los hijos de estas familias se ve en jaque debido en gran parte a la falta de conciencia del efecto de sus actos. La película tiene muchos temas para refleccionar: las relaciones de padres e hijos, la brecha cultural de paises limitrofes y de paises lejanos, los conflictos políticos, la mella del terrorismo, la soberbia ,la intolerancia, la avaricia, la rebeldía contra los protocolos internacionales. Pero también tiene un mensaje esperanzador en cuanto a: la honestidad, la humildad, la ayuda al prójimo sin esperar nada a cambio, la integridad y el amor.

Cuatro historias paralelas con un juego de tiempos que la hace aún más interesante. La música, responsabilidad del argentino Santaolaya, es extraordinaria: La cultura reflejada en la música de cada pueblo: Japón, Marruecos, México. El sonido y la fotografía merecen otra mención especial, lo mismo que el vestuario y la producción. Hay escenas que han logrado una intensidad fabulosa: la fiesta de un casamiento mexicano; una anciana encendiendo una pipa con opio en una casa de un pueblo de marruecos para calmar el dolor de una desconocida; un boliche de tokio donde se puede experimentar la dualidad de sensaciones de dos mundos: los que escuchan y los que no; una negociación/trueque en marruecos; el encuentro desgarrador entre padre e hija en el balcon de un lujoso departamento con la vista de Tokio al fondo, son algunas dignas de mencionar.

El director mexicano Alejandro Gonzalez Iñárritu quien ya venía perfilando como un digno de Hollyood con Amores Perros (2000) y 21 gramos (2003), se ha consolidado con esta obra como el latino con más peso dentro de la industria top del cine y su cinta es firme candidata en Canes y los Oscars. Dedicada a sus hijos “la luz en la oscuridad”, el descenalce de estas historias dejan mucho para la reflexión. Una película para los que les gusta ser desafiados a pensar. Otras actuaciones: Gael García Bernal (Santiago), Elle Fanning (Debbie), Kôji Yakusho (Yasujiro), Said Tarchani (Ahmed), Nathan Gamble (Mike), Mohamed Akhzam (Anwar), Peter Wight (Tom), Abdelkader Bara (Hassan). ****